El lunes se levanta la
restricción a las actividades no esenciales y millones de personas volverán a
utilizar el transporte público para ir a trabajar, se concentrarán en oficinas,
obras, fábricas… En definitiva, los riesgos de contagio se multiplicarán
respecto a estos diez días, y no solamente entre las personas que vayan a
trabajar, sino también entre las personas que conviven con ellas. Es decir, que
por mucho que una persona esté confinada, si convive con alguien que va a
trabajar, igualmente va a estar expuesta al riesgo de contagio.
Me sorprende que con todo lo que
se habla de coronavirus y con todas las recomendaciones y advertencias que se
hacen, apenas se habla de los riesgos que tienen las personas de riesgo que
conviven con personas que tienen que ir a trabajar, y que yo sepa no se ha
tomado ni una sola medida específica para minimizarlos. Existe, por ejemplo, la
posibilidad de reducirse jornada hasta un 100% para el cuidado de menores o
personas dependientes, pero no existe la opción de no ir a trabajar debido a
que se convive con una persona de riesgo.
Quizá haya alguna explicación que
desconozco, pero me cuesta entender que el levantamiento de las restricciones
no contenga la excepción de las personas que conviven con población de riesgo,
ya sea por edad o por tener alguna enfermedad. Muchas personas, por ejemplo,
conviven con sus padres que son mayores de 65 años. Otras muchas conviven con
personas con la salud delicada y que serían especialmente vulnerables en caso
de contraer el coronavirus.
El lunes, por tanto, cuando
millones de personas vayan a trabajar a actividades no esenciales, se estará
poniendo en riesgo a un gran número de personas de riesgo que conviven con
ellas. Y esto no implica solamente el riesgo de que estas personas puedan
fallecer, sino también que la población de riesgo requiere en mayor proporción
atención sanitaria y por tanto “contribuye” más al colapso del sistema
sanitario.
El 68,5% de la población hospitalizada
tenía más de 60 años. Pero es que el 95,7% de la población que ha fallecido
tenía más de 60 años. Y esto considerando sólo la edad como población de
riesgo, que si considerásemos además la población vulnerable por sufrir alguna
enfermedad previa, ambos porcentajes subirían. Esto quiere decir que si lográsemos
tomar medidas para tener protegida a la población de riesgo se reduciría
drásticamente el número de hospitalizaciones y sobre todo de fallecimientos.
Aunque haya muchas cuestiones que
desconozco y que tendrán sus explicaciones, tengo la sensación de que el
confinamiento que estamos llevando a cabo está teniendo alguna contradicción, y
que el levantamiento de restricciones también va a tener contradicciones.
Entiendo que tomar medidas para
47 millones de personas impide hilar muy fino y que las políticas de salud
pública se basan en recomendaciones para el conjunto de la población que
estadísticamente se considera que van a ser más eficaces, aunque no sean las
más adecuadas para cada una de las personas consideradas individualmente. Pero
aún así me cuesta entender alguna cuestión.
Por ejemplo, cómo es posible que
una persona joven y sana que vive sola o con otras personas también jóvenes no
pueda salir a dar un paseo pero una persona de 80 años pueda bajar a hacer la
compra a un supermercado. Por lo que conozco, el riesgo de contagio es mucho
mayor entrando en un supermercado que dando un paseo por la calle. La cosa
tiene su complejidad porque hablamos de tomar medidas para 47 millones de
personas, pero aún así me llama la atención que, por ejemplo, no se haya
incidido en el riesgo de comprar en un supermercado y que los hogares donde
vive población de riesgo traten de evitarlo, recurriendo a la compra on line o
a que algún familiar les haga la compra y se la deje en la puerta (al menos
cuando esto sea posible).
Los datos y estudios disponibles
indican que en estos momentos hay probablemente cientos de miles de personas
contagiadas en España, una parte importante de las cuales el lunes irá a trabajar,
dándose situaciones de riesgo de contagio a otras personas. Por ello, entiendo
que lo más prudente es que todas las personas que convivan con alguien que
forme parte de la población de riesgo deberían mantener, siempre que le sea
posible, el confinamiento, valorando incluso los riesgos laborales y económicos
de no ir a trabajar. Cada situación es única y no se puede generalizar una
recomendación, pero en muchos casos puede ser preferible perder ingresos o incluso
el trabajo antes que asumir el riesgo de contagio cuando se convive con alguien
que puede ser vulnerable en caso de contraer el coronavirus.
Esta situación de alto riesgo
desconozco cuántas semanas o meses puede durar. Pero mientras el sistema de
salud se encuentre saturado y no se disponga de medicamentos mínimamente
eficaces para hacer frente a la enfermedad, hay que tratar de minimizar al
máximo el riesgo de contagio cuando se convive con alguna persona que sea población
de riesgo. Si una persona se contagia la próxima semana, nadie le puede
asegurar cuál será el estado del sistema de salud al cabo de dos semanas, en el
caso de que precise de una atención sanitaria intensiva.
Parece que al cabo de 12-18 meses
un buen porcentaje de la población habremos estado contagiados, pero en el caso
de las personas de riesgo, si han de pasar también por la enfermedad, mejor que
lo hagan cuando el sistema de salud no esté tan colapsado y cuando se disponga
de algún medicamento que sea eficaz para combatir el coronavirus.
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