Los resultados preliminares de la encuesta de seroprevalencia que está realizando el Gobierno muestran que en torno al 5% de la población habría pasado el Covid-19. Este resultado creo que permite obtener algunas conclusiones:
1. Que únicamente haya pasado la enfermedad el 5% de la población indica que la estrategia de buscar la inmunidad de grupo no es realista a corto o medio plazo, por lo que sólo queda esperar una vacuna y, mientras tanto, tratar de reducir al máximo los contagios. Además, será importante que se avance en tratamientos que hagan menos agresiva la enfermedad y reduzcan su letalidad. Esto nos lleva a tener que asumir que la cosa va para largo, y que incluso puede ir para muy largo si la vacuna no llega, llega pero no es eficaz o incluso llega pero al cabo de más de dos años.
2. La letalidad es mayor de lo que se podía esperar y en España parece que puede estar en torno al 2% (si consideramos 40 mil fallecidos en lugar de los 30 mil oficiales). Y no cabe olvidar que la mortalidad es solo la punta del iceberg. De cada 20 contagiados, uno ha tenido que ser hospitalizado, es decir, un 5%. Y luego estarían aquellos que, sin ser hospitalizados, han tenido que estar en cama en sus casas durante una o dos semanas con fiebre y tos. Es decir, que el porcentaje de afectados de forma severa o incluso dramática respecto al total de contagiados es lo suficientemente importante como para que no sea viable ir dejando que el virus se vaya extendiendo y así ir logrando la inmunidad de grupo. El coste humano y económico (bajas laborales y gasto médico) sería enorme.
3. La tercera conclusión es algo más optimista. Que haya habido “tan pocas personas” que hasta la fecha hayan pasado la enfermedad muestra que las medidas de confinamiento y distancia física han resultado muy eficaces para frenar los contagios. Por ello, parece que si mantenemos medidas preventivas como el uso de mascarillas, la distancia física y las restricciones a las aglomeraciones de personas, los contagios se pueden mantener controlados.
4. La última conclusión es sobre las perspectivas económicas, que son realmente negras. Estos resultados indican que se van a tener que mantener medidas preventivas durante mucho tiempo, hasta que haya una vacuna, lo que va a tener un impacto económico enorme. Va a haber actividades económicas que, o no van a poder realizarse, o se van a tener que realizar de forma limitada, lo que hará que no sea rentable. Turismo, hostelería, conciertos, cine, teatro, ocio… Las limitaciones que habrá que imponer no será lo único que afecte a estos negocios, sino que también provocará cambios culturales que les afectará. Por ejemplo, aunque sea posible hacer turismo, las medidas de prevención y los riesgos de contagio hará que mucha gente considere que no merece la pena irse de vacaciones de esa manera y que ya habrá tiempo de hacer turismo cuando esto pase. Lo mismo puede decirse de los consumos de hostelería, asociados a momentos de relajo y disfrute, pero que las medidas de prevención necesarias hará que sean mucho menos demandados. En estas circunstancias, parece realista pensar que España puede alcanzar el 30% de desempleo, al menos si no hay una fuerte inyección de dinero desde el BCE para financiar actividades económicas que generen empleo, algo que a día de hoy es más improbable que la caída de un meteorito en la Tierra.
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